La situación de tornados que está viviendo Estados Unidos y que tan cuantiosos daños está dejando, quizás vuelve a reabrir la continua confusión que existen para diferenciar los tornados de los huracanes.
Bien es cierto, que ambos son quizás los dos fenómenos meteorológicos más destructivos que existen en nuestro planeta, pero a continuación vamos a detallar una serie de puntos, con los cuales a partir de ahora no vamos a tener problema alguno para diferenciar e identificar si hablamos de un tornado o de un huracán.
Lugar de formación
Los tornados siempre se producirán en tierra o en lugares costeros cercanos a la tierra. Esto es debido a que la alta temperatura que coge la superficie terrestre debido a la insolación, es uno de los mecanismos necesarios para la formación de las supercélulas, que son el único tipo de tormentas que pueden albergar a los tornados.
Los huracanes siempre tienen su génesis en océanos con temperaturas mayores a 26,5ºC. Es imposible ver nacer un huracán sobre tierra.
Recientemente si se ha visto, que una vez formados, algunos huracanes pueden mantenerse vivos con temperaturas oceánicas ligeramente inferiores a esos 26,5ºC
Latitud de formación
Los tornados se forman habitualmente en las grandes llanuras de las latitudes medias de nuestro planeta. Esto es debido a que en estas latitudes es mucho más probable ver converger una masa cálida y húmeda, y otra mucho más fría y seca, que son dos de los ingredientes principales para la formación de las supercélulas. Como se ha publicado en anteriores noticias, sin supercélula no se puede producir un tornado.
Los huracanes, habitualmente tienen su formación en la Zona de Convergencia Intertropical, que abarca entre los 5 y los 20 grados. Más cerca del ecuador, la corriente de coriolis es demasiado débil e impide la formación de los huracanes. Una vez formados los huracanes, si es común que se desplacen a latitudes medias como por ejemplo Sandy, que llegó a afectar a la ciudad de Nueva York.
La velocidad del viento
A pesar de que ambos son los dos fenómenos meteorológicos más destructivos de la naturaleza, también encontramos diferencias apreciables en cuanto a la velocidad de sus vientos.
En los tornados la velocidad del viento puede ser mucho más alta que en los huracanes, y hay constancia de que el tornado de categoría F5 -Escala Fujita- que asoló Oklahoma en 1999, consiguió una velocidad de viento superior a los 500km/h.
En cuanto a huracanes, es muy difícil que sus vientos sostenidos superen los 250km/h y no son muchos los que a lo largo de la historia han consegido alcanzar la categoria 5 en la Escala de huracanes Saffir-Simpson.
Tamaño
Quizás a simple vista, la diferencia de tamaño de ambos fenómenos es lo que más llama la atención.
Un tornado medio, normalmente, suele contar con un diámetro aproximado de unos 300 metros. En casos excepcionales, como el tornado EF4 que asoló el día 20 Oklahoma, el diámetro puedo llegar hasta los 3km.
El tamaño de un huracán es inmensamente mayor, con un diámetro que puede variar aproximadamente entre los 500 y los 1.800 km. Perfectamente un huracán, puede tener un tamaño mayor al de la península ibérica.
Vida media
La vida de los tornados, al producirse en el seno de tormentas convectivas, es muy corta y suele oscilar entre unos minutos y excepcionalmente un par de horas. Su poder de destrucción es muy localizado y concentrado en poco tiempo.
La vida de un huracán es inmensamente más larga y oscila entre unos pocos días y prácticamente un mes. En el año 1899, el huracán San Ciriaco estuvo 28 días pululando por aguas del océano atlántico. Más recientemente, en 2012, el huracán Nadine estuvo activo durante más de 22 días.
Predictibilidad
Por otra parte, el tornado es complicado de pronosticar, en el lugar de su creación y en su trayectoria. El huracán es mucho más fácil de pronosticar en los dos aspectos.
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